domingo, 22 de mayo de 2011

EL CUERPO GRITA

"EL CUERPO GRITA ...LO QUE LA BOCA CALLA"

"La enfermedad es un conflicto entre la personalidad y el alma".Bach.Muchas veces...El resfrío "chorrea" cuando el cuerpo no llora.El dolor de garganta "tapona" cuando no es posible comunicar las aflicciones.El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir.La diabetes invade cuando la soledad duele. El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable.Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas.El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.La presión sube cuando el miedo aprisiona.Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.Las rodillas duelen cuando tu orgullo no se doblega.El cáncer mata cuando te cansas de "vivir".Y tus dolores callados? Cómo hablan en tu cuerpo?

La Enfermedad no es mala,te avisa que te estas equivocando de camino!!!Me parece bonito compartir este mensaje:El camino a la felicidad no es recto. Existen curvas llamadas EQUIVOCACIONES

, existen semáforos llamados AMIGOS,

luces de precaución llamadas FAMILIA,

y todo se logra si tienes: Una llanta de repuesto llamadaDECISIÓN,

un potente motor llamado AMOR,

un buen seguro llamado FE,

abundante combustible llamado PACIENCIA,

pero sobre todo un experto conductor llamado DIOS!!!

sábado, 21 de mayo de 2011

ESCUCHAR EL CUERPO



Hacer abstracción del síntoma convirtiéndolo en principio y trasladarlo al plano psíquico. Escuchar con atención las expresiones idiomáticas, las cuales pueden servirnos de clave, ya que nuestro lenguaje es psicosomático.

Las consecuencias obligadas
Casi todos los síntomas nos obligan a cambios de conducta que se clasifican en dos grupos: por un lado, los síntomas nos impiden hacer las cosas que nos gustaría hacer y, por otro lado, nos obligan a hacer lo que no queremos hacer. Una gripe, por ejemplo, nos impide aceptar una invitación y nos obliga a quedarnos en la cama. Una fractura de una pierna nos impide hacer deporte y nos obliga a descansar. Si atribuimos a la enfermedad propósito y sentido, precisamente los cambios impuestos en la conducta nos permiten sacar buenas conclusiones acerca del propósito del síntoma. Un cambio de conducta obligado es una rectificación obligada y debe ser tomado en serio. El enfermo suele oponer tanta resistencia a los cambios obligados de su forma de vida que en la mayor parte de los casos trata por todos los medios de neutralizar la rectificación lo antes posible, y seguir su camino, impertérrito.
Nosotros, por el contrario, consideramos importante dejarse trastornar por el trastorno. Un síntoma no hace sino corregir desequilibrios: el hiperactivo es obligado a descansar, el superdinámico es inmovilizado, el comunicativo es silenciado. El síntoma activa el polo rechazado. Tenemos que prestar atención a esta intimación, renunciar voluntariamente a lo que se nos arrebata y aceptar de buen grado lo que se nos impone.



La enfermedad siempre es una crisis y toda crisis exige una evolución.



Todo intento de recuperar el estado de antes de una enfermedad es prueba de ingenuidad o de tontería.



La enfermedad quiere conducirnos a zonas nuevas, desconocidas y no vividas; cuando, consciente y voluntariamente, atendemos este llamamiento damos sentido a la crisis.